Bitácora del viaje. Entrada 2

Si te despertaras y te dieras cuenta de que fue todo un sueño, tal vez sería mejor. O lo mejor, seguramente, sería que fingieras que es un sueño y que la realidad está allá, en el otro lado, donde no puedes llegar.

Pero no es fácil olvidar ciertas cosas. Un día comienzas a recordar, a ver el pasado cómo si fuera una epifanía, y lloras, por lo perdido, lo imposible y lo que no tiene remedio. Sin embargo, te recuerdas levantandote del suelo, caminando y sintiendo la sangre bajandote por todo el cuerpo.

No te culpas. Si lo hicieras, sabes que sería peor y que sufrirías más. Recuerdas, eso sí, muchisimo. Y un día sales a la calle, caminas y te encuentras con ella, con él, con todo lo que fuiste y ahora, por más que pretendas seguir siendo, ya no eres. 

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